La confusión del amor es una partícula al costado de la duda
en la cual no me decidía si era izquierda o derecha. Mi cuerpo me decía que el
dinero era sinónimo de felicidad, mi alma gritaba salir y apoderarse del mundo,
pero yo hablaba desde la cabeza y el análisis, era como buscarle alas a un pez.
Como no expresaba oralmente lo que en verdad sentía, decidí escribir, ahí comencé
a sentir que mis dedos eran la extensión más solemne de lo que sentía hacia mí
y mi entorno. Este fue el comienzo de una historia de un niño que comprendía la
realidad del país en el que vivía, entonces descubrí que si la interpreto como
un niño todo sería distinto.
“Yo nací en una cuna de
oro en medio de un pantano, tenía todo lo que podía pedir, sentía la felicidad
en mis manos cuando agarraba un juguete nuevo y olvido cuando a los días lo
botaba, así llegue a tener un cuarto lleno de juguetes.
Cuando Salí por primera
vez al barrio donde nací, me di con la sorpresa que nadie era igual a mí, en lo
que a vestimenta concierne, estaba confundido y a la vez asustado, jugaba y me divertía
todo el día y la pesadilla comenzaba en las noches cuando no podía comer ni
dormir solo, pues el engreimiento me tenía cogido de los pelos. Todo esto origino
que al pasar los años me envuelva en la
coraza de la soberbia y el orgullo, pero sabía que mi corazón latía más fuerte
que el de los demás, pues aun no descubría lo mucho que podía dar sin recibir.
Comencé a leer libros
de Marx, Mao y Mariátegui en vez de salir a jugar futbol o concentrarme en mis
cosas personales y muy importantes, había tantas ideas nuevas y conceptos muy
claros que respondían a mis dudas, incluso hubo un punto en el cual llegue a
dudar de Dios”
Esta es la introducción de la historia de mi vida, muy marcada
por ser testigo de las diferencias sociales bien marcadas, ahora soy un eterno
enamorado de mi país, con ansias de luchar por la igualdad, pero sin llegar a
la violencia, pues la repudio; ni mucho menos a hacer apología del terrorismo, pues
repudio mas esta clase de ideología. No justifico la violencia, pero creo
rotundamente que en el estado en el cual nos encontrábamos, tenía que haber más
de ella para pacificar el país, pues esto era una guerra civil y en toda guerra
mueren tanto inocentes como culpables. Efectivamente al solucionarse este tema,
seguía en pie el surgimiento de la pobreza, todo es como una cadena, un
resentimiento conmigo por mirar y no hacer nada, si nacía años antes, no dudo
que con fusil a mano defendía a mi patria, al carajo la muerte, pues más
muertos son los que miran y no hacen nada que los que fallecen en el intento
por lo que aman.
Gracias a mi niño interior tengo la sensibilidad social y un corazón
enorme heredado de mi padre, creo que si ahora no hago mucho, siempre voy por más
y no parare hasta ver una sonrisa en cada ser humano de este país.