martes, 4 de septiembre de 2012

Declaración de mi mundo


La confusión del amor es una partícula al costado de la duda en la cual no me decidía si era izquierda o derecha. Mi cuerpo me decía que el dinero era sinónimo de felicidad, mi alma gritaba salir y apoderarse del mundo, pero yo hablaba desde la cabeza y el análisis, era como buscarle alas a un pez. Como no expresaba oralmente lo que en verdad sentía, decidí escribir, ahí comencé a sentir que mis dedos eran la extensión más solemne de lo que sentía hacia mí y mi entorno. Este fue el comienzo de una historia de un niño que comprendía la realidad del país en el que vivía, entonces descubrí que si la interpreto como un niño todo sería distinto.

“Yo nací en una cuna de oro en medio de un pantano, tenía todo lo que podía pedir, sentía la felicidad en mis manos cuando agarraba un juguete nuevo y olvido cuando a los días lo botaba, así llegue a tener un cuarto lleno de juguetes.

Cuando Salí por primera vez al barrio donde nací, me di con la sorpresa que nadie era igual a mí, en lo que a vestimenta concierne, estaba confundido y a la vez asustado, jugaba y me divertía todo el día y la pesadilla comenzaba en las noches cuando no podía comer ni dormir solo, pues el engreimiento me tenía cogido de los pelos. Todo esto origino que  al pasar los años me envuelva en la coraza de la soberbia y el orgullo, pero sabía que mi corazón latía más fuerte que el de los demás, pues aun no descubría lo mucho que podía dar sin recibir.

Comencé a leer libros de Marx, Mao y Mariátegui en vez de salir a jugar futbol o concentrarme en mis cosas personales y muy importantes, había tantas ideas nuevas y conceptos muy claros que respondían a mis dudas, incluso hubo un punto en el cual llegue a dudar de Dios”

Esta es la introducción de la historia de mi vida, muy marcada por ser testigo de las diferencias sociales bien marcadas, ahora soy un eterno enamorado de mi país, con ansias de luchar por la igualdad, pero sin llegar a la violencia, pues la repudio; ni mucho menos a hacer apología del terrorismo, pues repudio mas esta clase de ideología. No justifico la violencia, pero creo rotundamente que en el estado en el cual nos encontrábamos, tenía que haber más de ella para pacificar el país, pues esto era una guerra civil y en toda guerra mueren tanto inocentes como culpables. Efectivamente al solucionarse este tema, seguía en pie el surgimiento de la pobreza, todo es como una cadena, un resentimiento conmigo por mirar y no hacer nada, si nacía años antes, no dudo que con fusil a mano defendía a mi patria, al carajo la muerte, pues más muertos son los que miran y no hacen nada que los que fallecen en el intento por lo que aman.

Gracias a mi niño interior tengo la sensibilidad social y un corazón enorme heredado de mi padre, creo que si ahora no hago mucho, siempre voy por más y no parare hasta ver una sonrisa en cada ser humano de este país. 

No hay comentarios: