lunes, 21 de octubre de 2013

Lata roja

La lata roja fue testigo perpetuo
Desde tus llantos más tristes
Hasta el amor de nuestros cuerpos
Cuando nublaban los espejos
De nuestro nido de metal
Donde concebimos
Donde nos entregamos
Donde no existen fronteras del mundo


No hay amor sin tu nombre
Hermosa muñeca frágil y hostil
Hay placer en tus ojos
Cuando reflejo los míos
En las lunas opacas de tus lentes
Por las cuales camina mi sombra
Sonriéndole a la vida
Por hacer que te fijes en mí


Y tu piel porcelana
Con el rubor de tus mejillas
Me excitan el alma
Me desvelan por las noches
Y desnudan a diario
Entremos al armario para hacer proezas acrobáticas
Y ser un solo cuerpo
Y ser un solo ser
Para juntos con tus ojos
Ver el amanecer
Mientras descanso en tu pecho
Y fumo la energía de tu corazón
Haciendo que se detenga mi razón
Para dejar de pensar
Y solo amar
Y solo amar
Y solo amar
Y solo amarte




Noches despiertas

Hay un río muy tenue
Que dibuja las curvas de tu cuerpo
Hasta la perfección de tus  pies
Y mi reflejo en tus uñas
Dicen que cante
Con una boca entre mis dientes
Hablo sin respirar


Y grito tu nombre
Y canto tus versos
Libres como tu aliento
Presos como tu carne
No te atrevas a amarme
Sin antes besarme
Dulce noche de insomnio


Mis ancestros anhelan  dormir
Y en mi cama cuadrada doy vueltas
Sin sentir el placer de morir
Y hundirme en el lienzo blanco
Con olor a sudor de gloria de un día
Dormir seria mi alegría
Mezclada con la felicidad de mi agonía


Buenas noches noche
Es hora de partir
Y parir mi sueño
Del cual yo soy dueño
En mi mundo triste
Con un sol feliz