martes, 27 de diciembre de 2011

Carta a los apostoles.

Era la historia de un chico que sin motivo ni razón se hizo la fama de puto para levantar su ego por malas experiencias pasadas y muchos problemas de autoestima, al parecer se tomo el papel muy en serio, pues hablaba mucho y poco hacia; una especie de humanoide hablador con rasgos de mitomanía.

Las horas pasaban, los días contaban, para saber qué acto putañero haría con cualquier movimiento que tuviera falda y pelo largo.

Este engendro sabía mucho de la vida, pues le encantaba filosofar, meditar y escribir poemas o versos como vicioso. Después de una tarde turbulenta con exceso de velocidad y una denuncia temeraria, este chico agrio gris con sentimientos bien ocultos, vio una película en su mente sobre todas las niñadas que había hecho. Muy aparte de eso mientras sus dos ojos hipócritas miraban ansiosa a personas enamorarse y peor aun cuando las mujeres ya no lo toman en serio, decidió borrar su vida con pintura blanca y tratar de comenzar una nueva vida, ahora este cojudo espera sentado a que al menos uno confíe en el, pues este no confía ni en su sombra y no lo culpo, pues todo ser malo duda de si mismo.

Ya es hora de caminar derecho y con armonía le dijo un ave a su corazón y el la escucho, ahora espera a que le crean mínimo su nombre, pues les garantizo que ahora si dice la verdad sobre todo escrito y palabra que antes podían ser cobardes pero ahora son muy seguras.

La vida es muy corta para aprender a largo plazo, por eso aprenderé por cada paso que doy, no es pedir mucho suplicar una última oportunidad o ser escuchado, pensó este joven humano después de ser bajado de sus nubes en caída libre.

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