Más allá de los préstamos, negocios y todo lo relacionado a dinero, la navidad es tan pura como injusta, sus hermosos colores radiantes demuestran esa necesidad de las personas por comprar sin escrúpulos objetos que cuestan más que un abrazo y pesan menos que una sonrisa.
Cuando entre a un asentamiento humano para intercambiar sonrisas por regalos con niños que no saben porque nacieron ahí y cuál es su labor en este mundo justo lleno de injusticias, sentí un alimento , un kilo de vitaminas en mi corazón que muchas veces por la ceguera del dinero no observa mas allá de un metro de egocentrismo. En estas semanas a vísperas de navidad las chocolatatas sobran, pero porque todos los días no alimentamos a nuestros hermanos que menos tienen, porque el estado solo se acuerda en fechas exactas de su pueblo, un pueblo reprimido y oprimido por nosotros mismos.
Muchos dejan algo por poco, creo que ya es hora de dejar mucho por mucho. Con esto no quiero parecerme a Mauricio diez Canseco y mucho menos a un político cuadrúpedo e inepto que lo único que busca es el lucro. Feliz navidad para mi familia, tan grande como defectuosa, típico de una familia extensa peruana. En esta y muchas noches buenas que Dios seque las lagrimas de los que tienen una noche mala. Definitivamente el mejor regalo para nuestro prójimo seria que un Perú estratificado tome conciencia de cuánto vale su gente ,cuan grande es el corazón de toda una nación unida por una causa noble, la prosperidad; dejemos esa indiferencia heredada y no miremos de reojo si no de frente.
Por eso y muchas cosas más , regala una sonrisa esta navidad…
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