viernes, 23 de diciembre de 2011

Un poema y dos velas

Gota de sangre gris áspera
Mugre sin señal de auxilio
Dame la vida del vino
Derrama flujo entre tus senos


El poder toco la espada
Dentro de una lince mirada
Con el dedo entre dos frentes
Cayó un ciego con martillo
Gritando al cielo mucho menos


Déjame soplarte aire
Déjame tocarte tierra
Déjame besarte fuego
Resbala por mi cuerpo pulcra agua


La temperatura de mente
Se eleva hasta fundirse
El placer al escribir
Me rehúso de repente


Mi verdad hermosa se acabo
Descubrieron mi ogro sin dientes
Para pedir un deseo
Y en tu cara decir que mientes

1 comentario:

F. dijo...

Buen comienzo pero evita los lugares conocidos.