sábado, 11 de febrero de 2012

Te quiero y un mes.

Amor mío, en este mes de luz y auroras boreales que ante mis ojos brillan como tus ojos a través de los míos, quiero escribir las líneas apátridas más perennes ya que estas lejos y aunque sintiéndote cerca, me hace falta un beso diabético lleno de dulzura y que decir de tus abrazos colmados de ternura, sueño con tu piel seda, despertar a tu lado y decirte con una caricia que a tu cuerpo me queda atado.

En el jardín de mi vida me encontraba perdido, herido e inconsciente de mí mismo hasta que encontré una rosa que al caer los pétalos me guiaba hacia un camino, era tu corazón sin duda, ahora tengo la razón al decir que te quiero, como cuando una erosión diseña una roca para formar maravillas en la mística naturaleza y las lágrimas de un gigante bañan a una doncella que por los cuatro puntos cardinales pide a grito un amor, ese que será correspondido después de haber vencido toda adversidad.

Cristina, letras de origen griego, ahora el origen de tanta inspiración suspira con ironía la verdad de una mujer que se convirtió en arte ante el silencio de mi mirada que esperaba una musa y llegaste tú, lo que estaba esperando.

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