viernes, 5 de octubre de 2012

Hacer el amor


Es impredecible tu mirada en mis pupilas, mientras me acuerdo como mi lengua desvestía tu piel en esa noche clara por  el fuego que encendida por nuestra pasión, nos alumbro una eternidad.

Gracias por darme sed y satisfacerme con tu sudor toxico e inigualable, eres fuente de miel en mi atrofiada vida, que gracias a Dios fue rediseñada por el las fuertes ráfagas de viento que hicieron mis ángeles con sus alas.

Es tan placentero hacerle el amor a la vida todos los días y levantarte con una sonrisa  para comerte al mundo desde el amor y la humildad…

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