jueves, 16 de junio de 2011

Mas claro, imposible.

Dulce sueño agonizante como el viento en el hoyo de una semilla seca y podrida, dormido debajo de mi cama eterna con plumas y garabatos, más segundos que terceros, decoración linda que perpetúa con retazos de sangre para siempre.

La yugular contra la navaja y el por gatillo por soltar en mi frente, mi lengua fría alargada contra el acero de mis indecisiones y frustraciones.

El pétalo de rosa marchita en el fondo de mi jugo mañanero, muy nutritivo en cuerpo y alma, esa que va todas las noches a buscarte y cuidarte desplazando a tu ángel de la guarda, porque yo te guardo en el día, luego velo por ti en la oscuridad solitaria como las piedras del rio en una selva virgen.

Te observo detrás de mi persiana hacia el horizonte de mi pesimismo, como te alejas, como te acercas en forma de espejismo, el cual para mis ojos turbios, tempestuosos y huracanados aparenta ser real, me contento con solo tocar tu mejilla de lápiz labial, tan lisas, tan pulcras, mi cuerpo se vuelve obsoleto ante la gravedad de la tierra, pues tú tienes más fuerza de atracción que esta.

Gracias … por mirar todos los días lo que siempre miro.

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