lunes, 29 de agosto de 2011

Mi suelo.

Escupan poetas sus versos liricos y prosas mártires, todo aquello relacionado con el embriagado sentimiento de mirar al lucido cielo cien años esperando a que lluevan rosas blancas del cementerio y rojas de inspiración apasionada.

No guardo el secreto tenue, tampoco revelo la falacia perpetua; solo sé que al mirar al suelo áspero lleno de migajas de piedra y polvo, veré mi rostro reflejado en el más lindo espejo marrón agrio transparente, ese que me guardara el día en el cual viva inerte bajo su manto vivo lleno de gente muerta.

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