lunes, 29 de agosto de 2011

No me dejes.

El siervo de mi manso pensar, navaja engrasada con tinta, te apoyas en mi frente y cortas mis dedos, el gran lazo entre mi mente y la lirica, gran hoja de metal fino, cortas defendiendo o matando, vendría a ser lo mismo.

La tertulia entre dos hombres que son uno solo, donde gana el más fuerte en mi aburrimiento y el más débil en mi depresión

No huyas de mi cuerpo, sé que si te pierdo será difícil encontrarte y olvidarte
Papeles de mi cuarto piden suplicando que hagas mas compañeros, los cuales se arrugan por las noches, dándome así los mejores sueños de minutos que duran un año.

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