El invierno corre tras el espíritu que viene a mi vida en sentido contrario y el viento sopla mis orejas con brisa olor a sauna barato. Sin querer queriendo te acogí en el rincón mas mediático de mis intestinos, queriendo sin querer a la primera cita te cogí.
Cada vez que la neblina de tu aliento a pisco acholado empaña mis ojos, mi lengua grita melodías incompletas llenas de cenizas del piano que en un principio sonó solo, pero luego acoge tu inspiración y fornica con la mía.
Mi mano tiembla mientras escribo versos muriáticos y dulces como el placer de verte sonreír en un espejo para siempre, quedándome anonadado por tu nieve rostro con chispas de chocolate y licor de menta.
Clávame tu cuchilla mirada en la espalda como puñalada de traición, para sentir la verdadera piedad del perdón.
Te comencé a odiar antes de conocerte, te comencé a amar después de abandonarte, te empecé a mirar luego de inhalar tu cabellos miel, lo único que empiezo todos los días y nunca termino , es dejar de verte como siempre te muerdo, no le digas no a la vida , dile que si al purgatorio y sueña que todos los días es hoy y mañana despierta en el ayer.
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