sábado, 1 de octubre de 2011

La triste felicidad.

Sábado negro, velas rojas apagadas y un silencio fortuito en mi cabeza.

Lagrimas de cocodrilo resbalan por mi mejilla hasta llegar a mi boca y lo único que tengo que hacer es tragármelas por completo. Sale el sol por las noches y la luna deja de existir.

Todo es joda, por supuesto mi vida es una completa.

Blanco, negro y yo amarillo como las uñas de un drogadicto; cielo, tierra y viento me lleva por donde no debo. En el monopolio de la vida yo soy solo el dinero.

La flor que se marchita en mi mano pide ser puesta en agua pura, como tu persona al escuchar los versos más felices esta noche triste llena de llanto. Solo se, que a tu lado nada se porque el sentimiento me vuela los sesos.

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