martes, 8 de noviembre de 2011

Mi ultima carta.

El día se apaga en mis dedos húmedos por flujo de cobardía, este sentimiento tan agrio, estupefacto, anónimo, me mata en vida mientras cada segundo vivo pensando en mi miedo, no quiero acabar con mis palabras sable una historia que siempre fue ficticia, recién por orejas y voces ajenas me doy cuenta que los cuentos de hadas no existen en lo absoluto, solo existen historias humanas llenas de imperfección.

Ahora puedo decir que los problemas son mi ruleta rusa con dos balas, soy débil, lo acepto, pero más débil es el viento que se corta en mi nariz, aquella testigo de todo y que por cierto, tapa a mis ojos llenos de brillo labial rojo.

Ojala hoy no quede rojo, por la sangre que me embalsamara toda la noche y me cubrirá del frio eterno en mi partida hacia lo desconocidamente conocido.

Por favor toma mi mano y sácame del fango de la depresión , pues mis kilos de ansiolíticas y antidepresivos son en vano ,que me importa todo lo demás , que me importa saber un final feliz si todo es al revés, vivimos en el cielo y cuando miramos arriba esta la tierra, llena de polvo y piedras que te caen sobre la cabeza, por eso es mentira que de arriba bajan los ángeles a protegerte, tu bajas y velas por ellos, en lo que a mí me consta, yo nací sin ángel de la guarda.

No hay comentarios: