Para hablar de la vida necesito un vaso de vino y música que sueña, mas no canta; eres un cobarde maldito infierno de las rosas, porque no me quieres llevar a tu sección espiritual material; tú me obligas inconscientemente a quedarme donde afrodita fornica con Zeus o cuando las orgias familiares incestuosas y ninfas transexuales hablando de realidad irranacional.
Porque cuando de blanco te miro observo las reliquias del purgatorio, por las pesadillas con la relación tecnológica y los sueños negros con eclipse en los cuales los dos nos besamos dentro de un árbol místico reforzado con acero.
No me acuerdo a los dos párrafos anteriores, estoy en un estado de trance herbívoro, solo me asombro cuando mis dedos escriben solos y mi mente está en el cuerpo de un muerto en la fosa común.
Soy un dedo vestido de humano, pues naci para escribir, escribo, escribiré y lo único que hago es escribir y leer hasta un periódico que tenga que ver con esa enlodada de política de oro. Seré el diablo con terno, quiero ser abogado, una especie de humanoide educado, culto, importante, sin sentimientos y su única religión es el precio de algo o de alguien.
En contradicción, yo no seré así, creo que soy una persona llena de cosas por decir y versos por escribir y amar completamente por el momento o amar eternamente para todas las reencarnaciones.
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