lunes, 12 de septiembre de 2011

Me tengo miedo.

No soy profeta para pronosticar cuando me enamorare, la respuesta es “nunca”.

Falacia completa, esperare sentado en mi sofá comido por las ratas, filosofando con Aristóteles como Humareda.

Mientras tanto, pienso ser un barco de papel en el rio del destino que por cierto me tiene mareado tanto cambiar su cauce. La vida es una sola y muy larga, mientras tanto no confíen en mí porque cuando les diga blanco estaré pensando en negro o cuando no piense estaré diciendo cosas que si me favorecen o no me tienen sin cuidado.

Solo pido una flor roja en un parís invernal, ¿acaso es mucho pedir y ver cosas donde no hay nada?

Quiero vivir donde solo hay espacio para la mitad de un humanoide lleno de traumas, llagas en el corazón y lagrimas eternas. Ese lugar es color carbón con agujeros blancos y gotas de sangre derramadas por mis mártires dedos con uñas profanadas.

Espero no enredar más mi vida; aguanto todo sacrificio mientras sea para mi propio beneficio.

Perdón a todos por lo que hare y no por lo que hice.

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