sábado, 24 de septiembre de 2011

Plegaria a la muerte

La bendita muerte viaja por mi brazo,
el cuchillo saluda gritando
y lo único que hago es darle un abrazo.
Susúrrame al oído santa madre,
tú que todo lo sabes,
llévame al infierno cantando.

No espero ni un centavo,
mucho menos el perdón,
quiero que aplaudan mi caída
como el rico que se ríe de un esclavo.

Vivo estando muerto,
lloro estando feliz,
muero sin saber que hoy es lunes,
sonrió y me pregunto:
¿Qué será de mí?

Nadie sabe que quiero,
todos saben a dónde voy,
me aferro a mi pluma asesina
que clavada en mi corazón,
me alivia saber que me muero.

1 comentario:

F. dijo...

La rima me incomoda, pero me gusta esto. Bien.