viernes, 16 de septiembre de 2011

Mi tertulia con la muerte

Mi pluma pide gritando ser clavada en mí yugular hasta que derrame ríos de sangre en mi teclado con hematomas.

Déjame ser valiente y comenzar a cerrar mis parpados pesados para siempre, permíteme ser cojudo dejándome ser una hoja seca en este tormentoso árbol de la vida. Solo te pido lealtad eterna para despertarme cada noche y caminar en reversa de día.

Mil ideas en una palabra, mil palabras en una hoja, mil hojas en un libro, después del libro la muerte eterna o pasajera; esta es la cadena alimenticia de un poeta.
Deambulo por desiertos, ríos y pedregales, siempre llego al ambiente pantanoso de mi cabeza.

En mi diario escrito por mujeres, llega la dama vestida de negro y se acuesta con migo, al desvestirla me doy cuenta que es la lujuriosa muerte que exige un abrigo, cuando se retira literalmente me deja muerto entre llamas azules y humo sabor rosas.

Permíteme vivir en miedo, abrázame con vida, justo eso es lo que ella desea. Solo sé que vivir es más fácil y morir toda una odisea

1 comentario:

F. dijo...

me gusta mucho, especialmente esto:


En mi diario escrito por mujeres, llega la dama vestida de negro y se acuesta con migo, al desvestirla me doy cuenta que es la lujuriosa muerte que exige un abrigo(...)