S.O.S.

Seguro que si fuera un hongo viviría feliz de la vida para toda la enfermedad, sin moverme, viviendo de la tierra, haciendo todo yo solo, amo mi soledad, como dije en muchas otras publicaciones.

Llega un momento que necesito a alguien a mi lado, con la cual salir al cine, llevarle rosas, ser detallista, hacerla sentir como si todo fuera fantasía, pero por supuesto siendo realistas y con los pies bien puestos sobre la tierra, porque no todo funciona en base a ilusiones y detalles. Siempre que nos vamos mucho al país de “Alicia en el país de las maravillas” al salir de la hipnosis sentimental embobada, descubrimos que vivíamos en el país de las maravillosas mentiras. Hoy escuchando a “calamaro” y un poco de música instrumental, me di cuenta que no siento lo mismo por mi soledad, la estoy dejando de amar porque es muy celosa y problemática, me hace entrar en depresiones criticas, sintiéndome la persona más repugnante sobre esta tierra, hasta diría que más que A. Guzmán, Hitler o bin laden.

No busco una modelo o una humano robot la cual haga todo lo que le digas, muchos menos una intelectual feminista, solo busco la chica que tenga que ser para mi, con virtudes y defectos, porque para eso está una pareja, para ayudar con los defectos y pulir las virtudes, porque dos cabezas piensan mejor que uno, sobre todo cuando esas dos se ven con los mismos ojos brillosos llenos de agua.

Ahora no se si la chica por la cual tengo que llevar babero a la universidad sea para mi, solo el tiempo lo decidirá, aunque ya se va perfilando de que no, mi personalidad testaruda hace que mientras más me ignore, mas me guste. No puedo hacer nada para evitarlo, Así venga el papa y me dé el sermón de semana santa para que me deje de gustar, no lo haría, por que el sentimiento de una persona es así, a veces te gusta sentir el dolor de que no te mire, pero el placer de al menos mirarla. Solo espero que no me siga ignorando, para no caer más en el pozo del amor platónico, aunque creo que ya estoy en caída libre y no me doy cuenta, alfin y al cabo ya me tenía que tocar.