Transtornos placenteros

Como explicar lo que procesa mi cerebro, creo que ni Buda pudiera; en un día mi cabeza dio más vueltas que la tierra en un siglo, tantas cosas me dijeron, que la verdad no sé si creer, pues hace algún tiempo soy agnóstico en lo que a sentimientos concierne, trato de engañarme, que si miro mas allá de los ojos de una mujer, cuando la pura y cruel realidad es que no creo en nada ni en mi mismo. Eso no quiere decir que sea raro, bueno desde mi punto de vista hipócrita.

Amo mi soledad, pero llega un momento que no puedo lidiar con ella, pues entro en una depresión tan profunda que lo único que hago es escribir tonterías, que sí, es lo que siento, pero no debería publicarlas. El viernes fue un día lleno de trastornos y confusiones, que quisiera que solo se queden hay, porque una persona, la cual me gusta mucho, ni siquiera sabe que existo, no siente ni mi sombra cuando me acerco y la otra que pensé que ya había muerto, resulta que resucitó, diciéndome unas cosas que tiene más confundido que un homosexual en la pubertad, aclarando por supuesto, que no soy racista, Pues si lo fuera no viviría, ya que estoy a favor de la igualdad en general. Para cerrar este texto que me sirvió como descargue emocional, quisiera decir todo con nombres, apellidos y detalles exactos si es posible, pero de eso se trata de mantener el misterio en mí mismo y seguir confundido, pues soy un sádico sentimental.